SOBRE los comienzos

Los últimos años vengo dedicando mi tiempo al descubrimiento, y he observado que como consecuencia de ello descubro muchas cosas que antes desconocía, o que tal vez había olvidado. De manera que lo primero que descubro es que dedicar la atención consciente a algo siempre trae sus frutos. Así que sin duda será importante decidir a qué quieres dedicar tu atención, ya que no tendría sentido enfocarse en aquello que no quieres en tu vida. Y sin embargo…

Esto es un comienzo de algo que nace del momento. ¿Sabes cuándo sientes que algo es lo que toca ahora? A eso me refiero. En lugar de analizar pros y contras hasta la extenuación, mediante ese mecanismo mental lógico que en muchas ocasiones acaba llevándonos a la inacción, he decidido seguir mi impulso. Cada vez confío más en mi intuición.

Cuando surgió la idea de comenzar este blog ya no había vuelta atrás. Cayó con el peso de quien descubre lo obvio y evidente y se pregunta: “¿cómo no se me había ocurrido antes?”. Creo que la respuesta es que antes no era el momento, sino ahora.

Cuando comenzamos algo, no sabemos qué es lo que estamos poniendo en marcha realmente. En este campo de interconexión de todos con todos y con todo, cada movimiento, por pequeño que sea, inicia una cadena de efectos y consecuencias imprevisibles. Esta perspectiva puede resultar paralizante, pero también excitante. Y en esta ocasión, esa es la emoción que me inspira: la excitación de compartir lo que descubro y aprendo con quiera acompañarme, y exponerse conmigo a lo que traiga esta aventura.

Mi historia personal da igual, y la tuya también. No quiero quitarle importancia, sin duda es lo que nos ha traído a ti y a mí hasta donde estamos, pero no deja de ser pura anécdota, nada más que la forma que tu vida te ha dado de llegar hasta aquí. Hay historias personales realmente dramáticas, duras, que abruman y sobrecogen. Otras historias personales parecen anodinas, carentes de sentido o propósito, otras son moderadamente tolerables, otras discretamente felices por falta de infortunios, otras en cambio discretamente infelices por falta de fortuna. De un modo u otro tu historia es la tuya y la única sobre la que puedes hacer algo si quieres, y la mía es la mía, y la única en la que puedo actuar.

Lo que compartimos es la experiencia de vivir una vida humana, que al menos en esta ocasión, es la que nos ha tocado. Es en este campo en el que indago y realizo mis descubrimientos, que ahora quiero compartir, porque cada expresión de mi humanidad me lo está pidiendo.

¡Me encantaría que me acompañaras!

¡GRACIAS POR TU TIEMPO!

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