feliz año nuevo

Hemos usado ya 3 días de este nuevo lote de 365. Estamos en el tiempo de los buenos propósitos, renovando ilusiones y esperando que, de alguna manera mágica, las cosas sean diferentes este año.

Yo he comenzado el año con el poder de la intención. La cuestión es, ¿en qué voy a poner mi intención? En lo que se refiere a hacer, tengo varios proyectos en los que ya estoy trabajando. Tomar acción nunca me ha resultado difícil. Me interesa más lo que respecta al ser. ¿quién soy este nuevo año? Si soy el mismo cúmulo de circunstancias que el pasado año, sé qué puedo esperar. Proyectar hacia adelante lo que me definió en el pasado tiene como resultado la repetición de hábitos que necesariamente llevará a la repetición de experiencias. Agradezco todas mis experiencias pasadas, pero una vez vividas y exploradas, estoy preparada para las nuevas que vendrán. Así que llevo varios días preguntándome a mí misma ¿quién soy yo en este año? En sí misma la sola formulación de la pregunta abre un espacio de oportunidad y de libertad de creación de la propia identidad. Efectivamente, cuando no estás atada a una única versión de tu propia historia y de tu personaje, se presentan infinidad de posibilidades nunca antes contempladas.

El “yo siempre” o “yo nunca” suena a estupidez patológica cuando una se vuelve consciente de la infinidad de formas y maneras que existen de vivir esta experiencia humana que se nos regala. Y la mayoría de las personas lo apostamos todo a una única carta que jugamos en todas las partidas, esperando resultados diferentes en cada mano. Es cómico a la vez que patético. Nos aferramos a lo que creemos ser como si la vida se nos fuera en ello. Cuando te das cuenta de que la vida es totalmente ajena a lo que tú crees ser, y mucho más grande que tú, y mucho más plena y mucho menos tú de lo que tú te crees, desaparece el peso insoportable de la necesidad de ser quien crees ser para seguir existiendo.

Así que desde la liviandad de mi existencia puedo ser quien la vida requiera de mí en cada momento, sin miedo a desaparecer. Sea quien sea, el camino aparece bajo mis pies mientras lo ando. Hoy quiero ser esto, mañana tal vez aquello, y en todo momento devorar esta experiencia humana de posibilidades infinitas. Gracias vida por la vida. Espero que no reclames mi envase en un tiempo, porque lo cierto es que me encanta estar aquí.

Y tú ¿Quién quieres ser?

¡GRACIAS POR TU TIEMPO!

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